Mentoría social con perspectiva de género
Hablamos con Lores López, coordinadora de Dones Mentores Emakume Mentoreak, durante las semanas de confinamiento debido a la pandemia global del COVID-19.
¿A qué colectivo va dirigido vuestro programa de mentoría?
Dones Mentores Emakume Mentoreak dirige su acción a mujeres que sufren o han sufrido violencia machista. Asignamos mentoras en algunos casos para acompañar a mujeres en sus procesos de salida de violencias machistas, por un tiempo determinado y con unos objetivos concretos.
¿Qué beneficios aporta la mentoría al colectivo?
La mentoría con perspectiva de género incorpora elementos cualitativos diferenciados en la intervención con mujeres que sufren de violencias machistas. Anexa flexibilidad en la atención de las mujeres sin tener que cambiar los sistemas ya diseñados, pero mejorándolos. Lo afirmamos porque a través de la mentoría las intervenciones son más globales e integradas en todos los aspectos de la vida de las mujeres, tanto dentro como fuera de los servicios. En un momento de especialización de los equipos técnicos, fruto de un cuerpo jurídico de atención especializada e integral, la mentoría constituye un paso más que contextualiza la experiencia adquirida, pone en valor los procesos de superación y funciona horizontal y multidireccionalmente.
Dones Mentores Emakume Mentoreak pone el foco en las mujeres; las mentoras supervivientes, como protagonistas y piezas centrales para el acompañamiento de otras mujeres. En los casos de las mentoras que no han pasado por situaciones de violencia machista, su capacidad de acompañar desde el reconocimiento de lo que significa ser mujer en un sistema patriarcal, se convierte en una palanca de transformación y participación comunitaria de un fuerte impacto. Las redes «mixtas» de mujeres desde el punto de vista de la violencia, se convierte en uno de los activos del programa porque evita la estigmatización que para muchas significa haber sufrido violencia. Todas son mentoras y todas ponen su experiencia al servicio de sus mentorías desde esta significación.
¿Cómo os afecta y cómo os estáis adaptando a la situación del confinamiento/COVID19?
Las mentoras han comprendido la extraordinariedad de la situación. Acompañar no sólo es estar físicamente. Las mentoras son. Todas las mentorías están funcionando mediante el uso de la tecnología y, fundamentalmente, con seguimientos telefónicos.
¿Con qué dificultades os estáis encontrando estos días? ¿Y con qué apoyos solidarios inesperados?
El impacto individual y comunitario del confinamiento es muy importante. Algunas mentorías incluso se han intensificado, con mucho seguimiento online y telefónico.
¿Qué consecuencias está teniendo la situación actual para las personas mentoradas del colectivo con el que trabajas?
Existe gran preocupación de las profesionales –sobre todo las que están en primera línea de atención en los servicios esenciales– sobre la situación de las mujeres que sufren violencias machistas, más allá de si son mujeres con mentora asignada dentro de nuestros programas. En los casos de mujeres que conviven con los agresores, sabemos que el confinamiento incrementa el riesgo que sufren y que no tienen elementos ni espacios de descompresión social ni profesional. Podemos decir que su situación de encierro es doble y, por tanto, impacta doblemente en sus vidas.
Sin embargo, los proyectos que Dones Mentores tiene en marcha son fundamentalmente programas satélite que complementan la acción de los servicios de atención a mujeres. Debemos subrayar que no estamos en primera línea de atención, ni urgencias ni emergencias. En materia de protección y asistencia a víctimas de violencia de género, nuestros programas no son servicios esenciales declarados durante el confinamiento. En todo caso, las mentoras pueden significar un elemento de protección muy importante. Son siempre “canales–antenas” de traspaso de información relevante a los equipos, en caso de necesidad.
Hay que decir que la mayor parte de las mentorías son a mujeres en sus procesos de salida de las violencias. En la mayor parte de los casos no hay convivencia. Por lo tanto, y afortunadamente, en general no hay situaciones objetivas de riesgo sobre las que incidir.
¿Qué consecuencias puede tener a medio-largo plazo?
Lo ideal es poder volver a la normalidad en las mentorías lo antes posible. Pensamos que cuando la situación de confinamiento acabe, tendremos más trabajo y deberemos duplicar esfuerzos en los acompañamientos. Poder retomar la modalidad presencial y poder desarrollar las mentorías en espacios públicos también de ocio.
Centrándonos en mensajes positivos, creo que la participación comunitaria y la trasformación social propias de la mentoría serán clave para trabajar sobre las consecuencias del confinamiento con las mujeres.
¿Por qué es importante que los programas de mentoría sigan activos durante las semanas de confinamiento?
El tándem mentora-mentorada es fundamental. En algunos acompañamientos de mentoría, las mujeres se sienten ahora doblemente aisladas y vulnerables. Es por tanto muy importante mantener vivo el vínculo. No tendría sentido que las relaciones de confianza desapareciesen por el confinamiento, de la misma manera que todas mantenemos nuestros vínculos personales y profesionales.